El rumor del día sobre el asunto del año. Raf Simons para Dior. Y lo dice Women’s Wear Daily (lo puedes leer
aquí si estás suscrito).
Era uno de los nombres fijos en las quinielas desde ese fatídico 25 de febrero que ha marcado ya para siempre a 2011 como el año del
Gallianogate. Aunque es curioso ver que Decarnin, uno de los diseñadores de la foto de las promesas de la moda que hizo Vogue USA en 2010, está también defenestrado pero el motivo principal para elegir esta foto es porque reune en ella a uno de los diseñadores que de entrada más papeletas tenía para el puesto, Ricardo Tisci, y a dos de los tres candidatos que
propuso Cathy Horyn: el propio Simons y Christopher Kane.
Después de tanto baile de nombres, el de Simons parece que de entreda puede contentar a muchos. O mejor dicho, nadie a priori puede hablar mal de su trabajo y eso no lo hace una mala opción.
Aunque no se graduó en la archifamosa
Real Academia de Bellas Artes de Amberes, su estilo sí podría calificarse como profundamente belga, con esa mezcla tan equilibrada de modernidad y minimalismo que es la seña de identidad de los famosos 6 de Amberes (Ann Demeulemeester, Dirk van Saene, Dries van Noten, Marina Yee, Dirk Bikkembergs y Walter van Beirendonck) y que en los años 80 supusieron una pequeña revolución.
No es ninguna exclusiva que me gusta especialmente esta escuela de diseño, e incluso
allá por agosto aposté en su momento por otro belga, Haider Ackerman, como uno de mis favoritos para sustituir a Galliano en Dior.
Lo que ocurre es que con Simons tengo un problema. No tiene nada que ver con que no me guste el trabajo que ha hecho en su marca o en Jil Sander. Al contario. Me gusta y mucho. Y puede que sean simplemente prejuicios míos, pero para mi sigue siendo principalmente un diseñador de ropa masculina que lo hace bien en sus colecciones para Jil Sander porque domina a la perfección el minismalismo de la marca pero tengo serias dudas de que sepa lidiar con todo el bagaje de Dior, que es mucho y más complicado de manejar de lo que podría parecer, y no hay más que ver las colecciones de Bill Gaytten para comprenderlo.
Puede que Toledano desee romper con el Dior de Galliano y crear uno nuevo en el que el minimalismo y la sencillez sea la base. Pero creo que sería un error.
Lo que en Givenchy ha funcionado debido a que el fundador de la marca no tenía en realidad un lenguaje estético propio a pesar de ser realmente bueno en su trabajo, en Dior ha sido el mantener durante tantos años los icónos que han hecho grande a la marca: la chaqueta Bar, el cannage (la rejilla de mimbre), pero sobre todo la extremada femineidad de todos sus diseños, algo que no visto el trabajo de Raf Simons hasta ahora en Jil Sanders me cuesta que pueda conseguir.
Veremos. Y es que aunque Simons no sea mi opción preferida no es ni de lejos el peor que podría ocupar ese puesto. Talento no le falta, así que esperemos que si el rumor se confirma y es finalmente el elegido lo ponga a funcionar cuanto antes.