En 1945, un modisto francés llamado Pierre Balmain presenta su primera colección, tras abandonar su trabajo para Lucien Lelong, y harto de esperar a que su compañero, llamado Christian Dior, se animase a hacer lo mismo para poder montar su propio negocio juntos.
nota: la de la foto es Ruth Ford y no Gertrude Stein (que era un poquito menos mona)
Con este motivo Gertrude Stein publicó su único artículo en Vogue con motivo de este estreno, llamado "el nuevo estilo francés":
"Conocimos a Pierre Balmain en una época difícil. Coincidimos con su madre en 1939 en Aix-les-Bain y nos contó que tenía un hijo en el ejercito, en las nevadas montañas de Saboya, y, dado que el joven me leía, me pidió que firmara un libro para él. Por supuesto, yo me alegré mucho. Entonces llegó 1940 y , con él la derrota, y nos preguntamos qué habría sido de aquel Pierre Balmain, al que no habíamos visto nunca, pero que sabíamos allá arriba, en la nieve. Al final, secubrimos que se hallaba sano y salvo, que había regresado a casa, y fuimos a conocerle.
Pierre solía venir a visitarnos en bicicleta, aunque vivíamos muy lejos. Esto no era ninguna molestia, aunque era un invierno helado, hacía mucho frío, y él nos hizo bonitos vestidos gruesos y magníficos abrigos; Alice Toklas estaba convencida de que uno de sus vestidos era tan hermoso como cualquiera de los que Pierre había presentado en su primer desfile, y por qué no iba a ser verdad si él mismo lo había diseñado y además había venido con su bicicleta a vigilar que todo estuviera en orden y todo era como siempre sucede en los momentos más sombríos: siempre brilla una luz de esperanza.
Sí, le conocimos mejor, los niños representaron un par de obras mías y él nos mostró un pequeño truco para que una niña grande pareciera aún mayor: colocarla sobre un taburete, Aquellos días difíciles también tuvieron sus buenos momentos. Entonces Pierre empezó a viajar a menudo a París y nos traía un poco de nuestra amada ciudad con él, además de hilo para remendarnos las medias y la ropa de casa. Era un gesto muy propio de él. Pierre se marchó, como debían hacer los jóvenes de aquella época, para que no le mandaran a Alemania, y después llegó la liberación y nos reunimos todos en París. Y Pierre con su afán de triunfar. Nosotras estábamos convencidas de que lo lograría, y así ha sido.
Seguramente eramos las únicas entre todo el público del desfile que hemos llevado ropa de Pierre Balmain todos estos años, y estamos orgullosas de ello. Es bonito conocer a un hombre jóven simplemente como tal, cuando nadie adivina qué pasará. Y, bueno, ahora supongo que todo el mundo hablará de él muy pronto. Nosotras nos alegramos mucho y estamos orgullosas de él. Sí, lo estamos.
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